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#4: Desde la sombra

MIS NOTAS

Es el día 2 de la competición Capsul. Mi equipo tiene problemas para jugar. Nos toca jugar tres veces seguidas y no es justo. Cansa mucho. No tenemos tiempo para pensar, la Ivette está cada vez más enfadada. Pero confiamos en ella. Puede ganar. Tenemos que ayudarla.

El primer día me he hecho amiga de Nadia. Es del equipo fucsia, me cae muy bien. Pero a mi equipo, no le gusta que hable con ella. Sobre todo a Esther. Dice que todas las que no son verdes, no molan. Creo que tiene razón.

La primera ronda del día, ya se ha hecho. Hemos perdido. El equipo malva es muy fuerte, y las niñas son muy listas. Me gustaría que me enseñaran a jugar, así podría jugar igual de bien. Pero Ivette no me deja hablar con ellas. Y ellas tampoco quieren hablar conmigo. Van de superiores.

En la segunda ronda, hemos jugado contra el equipo fucsia. He intentado mojar a otras niñas, no quería mojar a Nadia. Ella ha hecho lo mismo. Somos buenas amigas. Me encantaría estar en su equipo. Nos han ganado, pero me da igual. Ella está bien.

La tercera ronda del día era contra el equipo malva. Nos han dado una paliza increíble. Todas las niñas intentan mojar a Astrid, pero es invencible. Y su amiga la Noemí, tiene buena puntería. Aparte, tienen mejores armas.

Cuantos más puntos tiene un equipo, mejores armas te puedes comprar. Es lo que la Ivette nos dice siempre. Pero si no ganamos, no podemos comprar nada. Me encantaría tener un destructor, como el que tiene Astrid. Seguro que podría con todas.

Estoy merendando con Nadia, en el salón de juegos. El primer día, había más niñas. Ahora solo hay una o dos, y otra niña fucsia escribiendo en un ordenador. Contamos historias y chistes, nos reímos. Entonces, Nadia me habla de las armas nuevas que tiene su equipo.

Son muy chulas, y el disparo da mucha puntuación. Le encantaría tener uno igual, pero solo tienen pistolas. Nadia me dice que ella también usa pistola. Las armas que han comprado son de Clara y Mery, las jefas del equipo fucsia. Las guardan en su cuarto cuando no juegan. Yo también lo hago.

Antes de cenar, voy a mi cuarto para guardar mi camiseta. Está manchada de pintura fucsia y malva. Después de cambiarme, camino por el pasillo y veo una de las puertas abierta. No quiero parecer maleducada, pero soy curiosa. Mi padre siempre me lo dice.

Cuando abro la puerta, veo una habitación igual que la mía. Dos camas, una mesa, una silla y un lavabo. Dos maletas abiertas llenas de ropa. Mi maleta la guardo en el armario, las niñas de este cuarto deberían hacer lo mismo.

Es la hora de cenar. Bajo a la cafetería mientras pienso en lo que acabo de ver. ¿No tendrían que cerrar la puerta? Es su cuarto, podría entrar cualquiera. Esta competición no ha dado llaves para cerrar, supongo que no lo habían pensado.

En la cafetería, me siento cerca de Ivette. Está muy enfadada, y come con mucha fuerza. Me da miedo mirarle a la cara. Tiene los ojos muy bonitos, pero casi siempre están furiosos. Me atrevo a contarle lo que he visto. Ella me escucha y de pronto, sonríe.

Es la hora de ir a dormir. Todas las chicas del equipo verde, se han ido a la cama. Todas menos yo. Estoy en el pasillo de la primera planta, está oscuro. La luz de emergencia sigue encendida por la noche. Entonces, las veo: Clara y Mery se van a su habitación.

Cuando cierran la puerta, respiro aliviada. Creo que no me han visto. Mejor me vuelvo a mi habitación, antes de que me entre miedo. Nunca me ha gustado estar en pasillos oscuros, como en una casa encantada. Aunque creo, que ellas se llevarán un susto mañana.

Es el día 3 de la competición Capsul. Estoy en la cafetería, sentada con Ivette. Las jefas del equipo fucsia, Clara y Mery, se acercan muy enfadadas gritando a Ivette. Ella sonríe. Dos niñas de mi equipo, tienen las armas chulas del equipo fucsia.

El plan ha funcionado. Gracias a Nadia, sabía dónde guardaban las armas. Y pude espiarlas sin que me descubrieran, para saber en qué habitación dormían. Ahora, mi equipo tiene ventaja. Ivette me sonríe, pero Nadia no quiere volver a hablar conmigo. No me importa. Mi equipo es lo más importante.

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