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Máscaras de Felicidad

Que complejo resulta hoy percibir el sentir de las demás personas en estos tiempos… Hoy nos sentamos con el celular y vemos historias en las redes sociales mostrando felicidad, salud, estilo de vida, lo que comen, como se visten y hasta como toman agua en el gimnasio. Hay una necesidad constante de mostrar al mundo lo que se hace y cómo se hace. Se fabrican sonrisas donde no las hay… y por estar en la pantalla, nos olvidamos de estar acá, en la tierra. Nos olvidamos el
contacto y de mirar a los ojos. Tenemos que ser felices siempre. Hay que ser gurú de la felicidad, del optimismo, de que puedes lograrlo…
gurú del éxito… y ¿Qué es el éxito?

Si buscamos el significado de Éxito, encontraremos que es: “el resultado FELIZ y satisfactorio de un asunto, negocio o actuación”. Creo que, ahí es donde radica el motor de esta publicación, en la pregunta de rigor: ¿Debo ser siempre feliz? ¿Debo mostrar todo el tiempo mi felicidad al mundo? ¿Debo ser símbolo de éxito
y felicidad para que me acepten?

¿Qué ocurre cuando uno no puede sonreír? Cuando no hay ganas de sonreír ni podemos hacer una historia positiva llena de optimismo, ahí vemos las Máscaras de la Felicidad, esas máscaras tan de moda hoy. Nos olvidamos un poco de que estamos vivos ahora, de que la felicidad y el éxito están sobrevalorados
porque son algo efímero. En la vida cotidiana nos vamos a encontrar con muchas situaciones que nos pondrán en jaque, en las que no podremos mostrar al mundo ese tan preciado éxito promovido por pseudo-influencers, ni tener selfies con ropa de moda en lugares caros. La vida, va mucho más allá de una pantalla de celular. ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a charlar con alguien sin el celular?
¿Cuándo fue la última vez que estuviste en un sitio bello y decidiste no hacer una selfie?
¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste una comida deliciosa sin sacarle foto al plato y publicarla?

VALENTÍN ROGGERONE

MARTINA DOMÍNGUEZ

SALVATORE MAKEUP STUDIO

Les pregunto y me lo pregunto a mí mismo…No nací con celular, por fortuna. Crecí en una infancia en donde no existían las redes sociales, en donde
para ir a visitar gente querida, simplemente tomabas el bus y golpeabas a su puerta sin enviar un mensaje,
en donde podías sonreír o llorar sin más… Quizás, mis textos no sean destinados a quienes tienen esa meta del éxito, para quienes se obligan día a
día a usar una Máscara de Felicidad. Pero,si llego al menos a una persona que sienta que el camino va por otro lado,sentiré cumplida mi tarea.
No pretendo ser un gurú ni nada por el estilo, soy solo un ser humano que a veces también usa máscaras,
pero que disfruta de no tener que vivir todos los días con una Máscara de Felicidad.

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